Freya Smith

— Llegó a mundo hace veintidós años, siendo hija de una joven bruja, y un irlandés que tenía como propósito que Salem fuera una parada más en su visita turística por aquel país, pero bastó que conociera a Elizabeth para que Thomas optara por alargar su estadía. Eventualmente se enamoraron, y poco importó la diferencia de raza, el europeo cayó rendido ante la mulata.

— Es natural que los padres mueran antes que los hijos, pero su perdida llegó a muy temprana edad,  hace más de veinte años que le arrebataron la vida a sus progenitores por lo que no sufrió hasta que creció, cuando la perdida se hizo notar.

— Desde niña sintió un leve rechazo dentro de las propias paredes de su hogar, todo debido a su color de piel que dictaba una gran diferencia del resto de los otros habitantes; era blanca como lo había sido su padre. Muchas veces llegó a manchar todo su cuerpo con barro o pasta de zapato oscura fingiendo que era igual que el resto, un tonto intento por adaptarse, pero era niña y no quería ser diferente al resto de su familia.

— Fue a los ocho años cuando supo la razón de la muerte de sus padres, había estado escuchando tras la puerta una conversación que mantenía su abuela Hellen y su tía, reconoció el odio en las palabras de la hermana de su madre y quiso sentir lo mismo que ella, pero el dolor de ser huérfana aún no llegaba con fuerza.

— Siempre supo que su familia era peculiar, nunca nadie le oculto que su entorno familiar estaba en la mayoría compuesto por brujas, pero aquello no la entusiasmo ni un poco. Rechazó cualquier educación sobre brujería, no quería aprender, no quería ser bruja pues creía que había sido aquel el motivo de que su madre y padre estuvieran muertos.

— El hecho de que se rehusara a aprender brujería sumando al hecho de que fuera blanca, palabras de una de sus tías abuelas que siempre hallaba el modo de culpar a su piel por las desgracias que sucedían, habían sido suficiente para creer que Freya sería nuevamente la marginada de su familia; no tendría magia en su ser, pero a ella poco le importo, una diferencia más o menos le daba igual.

— Estaba equivocada, una tarde mientras ordenaba el salón y su Tita estaba con una cliente la brujería llego a su vida. Aquella mujer fue demasiado descortés con su máxima figura materna y aquello no le gustó nada, sin querer cuando la desconocida salía enfurecida de su hogar logró crear una ilusión en donde ella misma se proyectaba como una especie de demonio. Su encantamiento apenas duro un par de segundos debido a dos razones: su nula capacidad de manejar la magia, y por qué la mujer logró golpearla con su gran bolso tirándola al suelo. Al parecer después de todo la muchacha blanca de trece años era una Bruja natural.

— Luego del incidente se vio obligada a aprender, no quería que por no saber controlarse alguien resultara dañado, al menos aquello había sido el objetivo cuando accedió a estudiar con Hellen, pero poco a poco aprendió que la brujería podía servir para ayudar con ciertos gastos en su casa.

— La escuela siempre fue un mundo aparte, la molestaban por el color de su familia, y ella con el tiempo aprendió a no responder a los insultos, no porque no quisiese defender a aquellos seres que tanto ama, si no por cansancio. Muchas veces se vio involucrada en peleas con otros estudiantes queriendo defender su apellido, Smith, que pese a no ser el paterno siempre fue el que más la identificaba.

— Siempre supo que el fin de sus estudios académicos llegaría con el fin de la secundaria, y así sucedió, no fue a la universidad no porque no tuviera cerebro para una, pues le ofrecieron becas y créditos, sin embargo siempre le aterró la idea de marcharse de donde había crecido.

— Al día de hoy se mantiene trabajando por las tardes y noches en un bar como bartender, no es la mejor pero sabe manejarse con el alcohol, también hay veces que las hace de niñera, todo por el dinero extra. Y por último, y no menos importante, ayuda en casa con el negocio familiar de brujería; a veces lee manos, otras se comporta como aspirante a Medium, lo que sea por complacer a los clientes, sabe que es importante mantenerse en practica y seguir aprendiendo.